Sonora Lidera en la Lucha Contra la Tortura con Oficina Única en México

Luis Fernando Rentería Barragán, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH)

Hermosillo, Sonora a 26 de junio del 2024.

La tortura, uno de los delitos más graves contra los derechos humanos, sigue siendo una preocupante realidad. En respuesta a esta situación, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) de Sonora opera desde hace dos años la única Oficina para el Protocolo de Estambul en México, enfocada en atender a las víctimas de tortura con estándares internacionales.

Desde su creación en junio de 2022 por el presidente de la CEDH, Luis Fernando Rentería Barragán, la oficina ha dictaminado 83 casos de tortura, proporcionando dictámenes médicos y psicológicos que refuerzan las denuncias presentadas tanto en Sonora como en otros estados de la República, incluyendo solicitudes de instancias judiciales federales.

En el Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de Tortura, este 26 de junio, Rentería Barragán destacó la importancia de la oficina, que nació como respuesta a la necesidad urgente de ofrecer un trato profesional a las víctimas y cumplir con un acuerdo presidencial de 2021 para combatir la tortura. La reciente actualización en 2022 del Protocolo de Estambul, que data de 1999, también ha fortalecido la capacidad de la oficina para prevenir la impunidad.

Este protocolo, ahora actualizado, presenta cinco niveles para correlacionar las distintas situaciones denunciadas con actos de tortura y proporciona tratamientos específicos para niñas, niños, personas migrantes y miembros de la comunidad LGBT. Gracias a estas herramientas, en 2022 se emitieron 15 dictámenes de tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes, seguidos por 48 en 2023, y otros 20 en lo que va de 2024.

Rentería Barragán resaltó la trascendencia de estos 83 dictámenes, que han permitido actuar con precisión en la defensa de las víctimas, posicionando a la CEDH Sonora como un referente en la protección de los derechos humanos. Además, subrayó que el delito de tortura se investiga y persigue de oficio, es imprescriptible y permite la acción penal en cualquier tiempo, garantizando así que los responsables puedan ser llevados ante la justicia sin importar cuánto tiempo haya pasado.