¿El Papa de Trump? Cuando la religión se vuelve geopolítica

Comentario de Opinión | Anónimo.
Hay nuevo Papa. Y aunque el humo blanco en Roma sigue simbolizando una elección divina para millones, lo cierto es que detrás de cada cónclave hay tanto mística… como estrategia.
Quien desee creer que los cardenales actúan únicamente movidos por el Espíritu Santo, está en su derecho. Pero si miramos con ojos bien abiertos, es difícil ignorar las señales que apuntan a una puesta en escena quirúrgicamente montada: el Gobierno de Donald Trump abre su primer acto; después, designa al Milenial católico J.D. Vance como su vicepresidente; eventualmente el Vicepresidente realiza una visita al para entonces muy enfermo Papa Francisco, quien terminaría falleciendo horas después de esa reunión; como siguiente acto, el cónclave se lleva a cabo con el resultado que ya conocemos: la elección del primer Papa de origen Estadounidense en la historia. A forma de corolario, al inicio de esta semana, el propio Vance visitó la India y al día siguiente este país lanzó ataques a su vecino islamico, Pakistán ¿Coincidencias? Tal vez. ¿Símbolos de poder? Sin duda.
El nuevo Papa no solo es de Estados Unidos, es también ideológicamente cercano a la nueva derecha conservadora que representa Trump. Muy diferente a lo que fue Francisco I, con su mirada progresista, su origen argentino y su cercanía con los pueblos del sur global.
Y es aquí donde todo esto cobra sentido. Estados Unidos fue por mucho tiempo un imperio blanco y protestante. Pero la realidad ha cambiado. Hoy la población hispana, mayoritariamente católica, crece con fuerza y pronto será mayoría. El poder lo sabe. Por eso se han propuesto redefinir qué significa ser “católico”. Lo que pasó en Roma no es bueno ni malo. Es política. Es geoestrategia. Es Estados Unidos adelantándose a lo inevitable.
Trump, por cierto, compartió hace unos días una imagen de sí mismo vestido de Papa. No era un meme. Era un mensaje.

Un dato importante a rescatar es la felicitación de Donald Trump a León XIV y secundado por los medios anglosajones al celebrar “al primer Papa americano”, borrando de un plumazo que el primero fue argentino. Francisco I. Como si América empezara y terminara en EE.UU.

No hay que ser creyente para entender que lo que ocurre en el Vaticano tiene repercusiones globales. Y tampoco hay que ser ingenuo para creer que fue solo fe.
¿Estás listo para el nuevo catolicismo made in USA?